Corrían los ‘90. Un joven pupilo mendocino arma su valija para mudarse a Córdoba. Su tío le había recomendado ingresar a la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea para continuar con sus estudios. Gafas de sol, ropa deportiva, los clásicos jeans desgastados de aquella década, algunas camisas a cuadros y el infaltable walkman con varios cassettes. Eso era todo lo que llevaba Andrés Merlos.
De esta manera, tras cuatro años de formación y una tecnicatura en Texas, EE.UU., empezó a trabajar en Tandil como mecánico tripulante de aviones. Y para cortar las intensas jornadas, se distendía jugando torneos de fútbol que se organizaban en Tandil. “Tenía una relación malísima con los árbitros, vivía con tarjeta amarilla y protestando por todo”, relata el hoy árbitro FIFA, a los 42 años y con más de 100 partidos dirigidos, entre torneos locales y competencias internacionales.
Los años pasaron y la vida de Merlos cambió radicalmente. En este verano, le contó su historia a Olé y además realizó un balance sobre el arbitraje actual, el VAR, su foto “trucada” antes del último Boca-River, el ascenso de Riestra e Independiente Rivadavia y qué piensa cuando dicen que es un árbitro del poder.
-¿Cuándo entraste a la Fuerza Aérea?
-Cuando estaba cursando el tercer año del secundario se abrió la posibilidad de entrar a la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea, en Córdoba, a través de un tío que trabajaba ahí. Me inscribí, estudié cuatro años, me recibí y empecé a trabajar con los aviones Mirage en Tandil. Allí estuve 18 años laburando con los aviones.
-¿Cuál era tu tarea?
-Yo me recibí en Córdoba como mecánico de avión. Después hice una tecnicatura en Texas, que me permitió ser mecánico tripulante y volar algunos aviones: Mirage, Aero Commander, Cessna… Volé varios sistemas gracias a esa tecnicatura que hice en los Estados Unidos.
-¿Qué es más complicado manejar un avión o dirigir un superclásico?
-Las dos cosas tienen su adrenalina, ja. Pero en el avión las cosas dependen de uno y eso lo hace más relajado. En cambio, en un Súper, o bueno, en un partido, dependés de que 22 jugadores de fútbol entiendan tu mensaje y comprendan cuál es la conducción que vos querés llevar de ese encuentro.
-¿Y cómo fue que de estar con los aviones empezaste con el árbitraje?
-Cuando trabajaba en Tandil jugaba campeonatos en la ciudad. Un compañero de la Fuerza Aérea me dijo que era árbitro y me ofreció hacer la carrera de arbitraje. Me llamó la atención, me gustó y así empecé. Durante varios años dirigí partidos mientras seguía trabajando en la Fuerza Aérea hasta que en un momento me dediqué solamente al fútbol.
-¿Jugabas al fútbol?
-En mi infancia jugué bastante. Hice juveniles y antes de irme a Córdoba pasé por Sportivo Pedal Club.
-¿De qué jugabas?
-De chiquito jugué de siete y después terminé de marcador central, de seis.
-¿Cómo jugaba Andrés Merlos?
-Un Schiavi más o menos, la pateaba para arriba, ja. Bien rústico.
-¿Y cómo era tu relación con los árbitros cuando eras jugador?
-Malísima. En todos los partidos terminaba con amarilla. Cuando jugaba los torneos comerciales en Tandil, ya como personal militar, vivía con tarjeta amarilla y peleando. Era muy protestón.
-¿Solamente amarilla?
-Y… un par de rojas tuve también.
-¿Te salvaste porque no había VAR?
-Si había VAR en todos los partidos terminaba expulsado seguro, ja.
-Y ahora, como árbitro: ¿ayuda el VAR?
-Llegó para ayudar y para ser transparente en un montón de cosas. Por supuesto que siempre hay cosas para mejorar, pero se está trabajando muy bien en el VAR y está a la vista: el VAR de la final de la Sudamericana fue un equipo argentino (NdeR: Jorge Baliño encabezó el VAR; Héctor Paletta, AVAR1; Ezequiel Brailovksy, AVAR2; y Silvio Trucco, AVAR3). Está a la vista que el VAR argentino está muy bien visto a nivel sudamericano e internacional. Personalmente, me adapté y me encanta la herramienta porque nos ayuda ante cualquier error que podamos llegar a tener nosotros en el campo de juego. Con los otros compañeros estamos muy contentos.
-¿Qué hay para mejorar?
-Errores de interpretación. Por ejemplo, la interpretación de la mano. Habría que mejorar también el sistema de trazado de líneas que se maneja a través de un software. Pero son pequeñeces que hay que mejorarlas para poder tener el 100% de la herramienta.
-Teniendo en cuenta estos errores: ¿el VAR es positivo o negativo?
-Por más de todo lo que pueda decirse, está a la vista cómo está el arbitraje argentino: si no llega la Selección Argentina a una final, llega una terna argentina. Y lo mismo pasa a nivel sudamericano.
-¿Afuera se los valora más? ¿Vos por qué creés que los árbitros argentinos están bien vistos en el exterior?
-Porque tenemos una exigencia muy grande, que es nuestro fútbol argentino. Eso hace que cuando vamos a dirigir competencias internacionales tengamos el nivel que tenemos.
-¿Cómo tomás que en la Argentina se diga que sos el árbitro del poder?
-Lo tomo como de un gil que dice eso. El que dice que soy el árbitro del poder es un gil. Tan simple como eso. Me entra por un oído y me sale por el otro. El que dice eso es porque no me conoce.
-¿Por qué sería un gil?
-Porque no está interiorizado en el tema para decir eso que dice. La realidad es que dicen eso para generar polémica, para vender y a veces hasta hablan porque les dicen que hablen de eso.
-Entonces dirigir a Barracas lo tomás como un partido más…
-Claro. Y al gil que habla lo invito a que vea cuántos partidos dirigí yo a Barracas en Primera División y cuántos ganó Barracas conmigo en cancha: no ganó ningún partido. Lo dirigí 15 veces y no ganó ninguna. Que lo busquen, porque para hablar ni siquiera se interiorizan de las cosas que dicen. Si yo fuera un árbitro del poder, como dice el gil ese, tendría que haber ganado mínimamente la mitad. Pero en Primera no ganó nunca conmigo. Y en el Ascenso lo dirigí una sola vez, en una semifinal de la cual también podríamos hablar tantas cosas…
-¿Qué cosas? ¿Qué semifinal fue?
-La del Reducido en el que termina ascendiendo Barracas, partido que jugó contra Almirante Brown. En el primer tiempo iban perdiendo 3-0 y después apuntan a los árbitros… ¡Por favor!
-Y al fútbol argentino cómo lo ves: ¿atraviesa un buen momento?
-Creo que tenemos un fútbol muy competitivo, muy bueno. Se ha demostrado que no solamente llegan Boca y River a las finales, sino que hay un montón de equipos que han salido campeones como Colón, Rosario Central y eso también es bueno. No como en otras ligas que los únicos que salen campeones son Barcelona, Real Madrid o el Manchester City.
-¿Entonces el ascenso de Riestra e Independiente Rivadavia es reflejo de la competitividad que mencionás?
-Yo creo que sí. La B Nacional es un torneo muy duro, muy difícil y a veces no llegan los mejores equipos sino el que lo sabe jugar. Es un torneo en el que se viaja mucho y que tiene muchas exigencias en ese sentido y tenés que armarte con un plantel preparado para aguantar eso. Es muy duro.
-Más allá del juego, se cuestionaron mucho los ascensos…
-Y sí, siempre pasa eso. Siempre van a buscar algo para cuestionar a cualquier equipo que ascienda, si es lo que vende.
-¿Creés que los ascensos fueron por mérito deportivo?
-Yo creo que sí. Miré los partidos y Riestra le ganó muy bien a Maipú, por ejemplo. Desde mi óptica ganó muy bien, y eso que Maipú por momentos jugó mucho mejor pero Riestra pudo superarlo. Me parece, qué sé yo. Es mi opinión.
Sus fotos con el escudo de River
-Hablabas de que siempre van a buscar algo para cuestionar. ¿Te llegaron las fotos tuyas que salieron antes del último Súper, con ropa de River?
-Sí. Son fotos que mucha gente consumió pero que las originales no las tiene nadie. Son dos fotos, una en la Antártida y otra en EE.UU, y las dos están trucadas.
-¿Decís que te pusieron eso en la foto?
-Claro. Pero de qué me sirve a mí agarrar la foto original y mostrar que en la Antártida tenía una bandera argentina que en el medio tiene un logo de las Islas Malvinas. O que en la foto en los Estados Unidos en el pantalón no tengo absolutamente nada y le pusieron el escudo de River.
-A veces son los protagonistas quienes se prenden también en esas cosas. Después del partido, el propio Almirón te vinculó con River y habló de esas fotos. ¿Qué pensás de eso?
-Que un técnico tan prestigioso como es Jorge Almirón diga lo que dijo sobre la foto y River, en fin… Bueno, solo diré que nosotros terminamos bien porque salió todo bien.
-¿Por qué vos nunca saliste a aclarar que esas fotos estaban trucadas? ¿Al no decir nada no queda como que lo avalás?
-No voy a salir a aclarar algo que no tengo que aclarar. Así como me llegan todas esas cosas, me entran por un oído y me salen por el otro. No me suman. Para ese partido estaba enfocado con todo mi equipo arbitral en tener una buena actuación. Y así fue.
-¿Salió bien?
-Hace años que un superclásico no sale tan prolijo como ese, que no se dice nada de una terna arbitral… Te dije: estábamos contentos, no hubo errores.
Un árbitro que vuela…
A sus 42 años, ya es un árbitro consagrado. Además de dirigir en la máxima división del fútbol argentino, Andrés Merlos, por su condición de árbitro internacional, dirige encuentros correspondientes a la Copa Libertadores, la Sudamericana y las Eliminatorias. De esta manera, pudo darse el lujo de haber alcanzado muchas de las metas que la gran mayoría de los árbitros se traza al comenzar con esta profesión. Sin embargo, fuera de las canchas, Merlos tampoco para: continúa con su labor en la Fuerza Aérea Argentina. Sí, el árbitro trabaja en la parte administrativa como auxiliar del Suboficial de Estado. “Trabajamos para el cuadro de Suboficiales de la Fuerza Aérea Argentina, tratamos de cubrir todos los problemas que puedan surgir. Estamos con todos los Suboficiales del mundo que pertenecen a nuestra Fuerza Aérea, desde los que están en la Antártida hasta en las embajadas. Es un lindo trabajo que lleva mucho tiempo, pero no hay nada más satisfactorio que ayudar”.
Sin embargo esto no es todo: además, es el director de tres escuelas de arbitraje en el Sur de Mendoza, su provincia natal, y fue nombrado como secretario Gremial del sindicato de la Unión de Árbitros Deportivos de Argentina (UADA): “A veces se me superponen los trabajos y no es fácil. A pesar de que delegué el manejo de las escuelas de arbitraje, no dejo de ser el director. Por otra parte, hace poquitos meses que asumí como Secretario Gremial de la UADA, algo que disfruto. Estoy muy contento con todo lo que hago”.
Hace años que Merlos aplica una fórmula para que todo lo que rodea al fútbol no interfiera en su vida privada: “Llevo mucho tiempo en esto y no soy de consumir demasiado al periodismo ni las redes sociales. Es más, ni tengo redes, todas las que hay mías son truchas. Sin embargo, a través de amigos o de mi familia, a veces me llegan las cosas que se dicen de mí. Pero no les doy importancia, no me mueven la aguja a la hora de planificar un partido. Es así”.