Fueron cinco días de competencia extrema, donde el oriundo de Sáenz Peña puso de manifiesto su capacidad de superación en todos los frentes como los mecánicos y físicos ante los 1.500 kilómetros recorridos y 1.000 cronometrados en variados terrenos de arena y tierra.
El participante de varias ediciones del Dakar con buen suceso, trabaja intensamente para definir si estará o no en la próxima prueba más exigente del planeta, considerando el factor económico que es determinante para afrontar los elevados costos.
«Fue muy difícil lograr el objetivo, competir frente a otros equipos que vienen de afuera con presupuesto elevado, me permite vivirlo de manera especial. Lo consigo gracias a mucha gente, a la familia, a los medios de prensa que difundieron cada prueba, los sponsors a través de la Ley de Sponsorización que hace posible este respaldo clave para que yo logre el objetivo y les devuelva con un título ese apoyo» aseguró el corredor.
Reconoció que la tercera etapa que comprendió Fiambalá fue la más difícil por la complicación sufrida con una de las ruedas traseras a 40 kilómetros de arribar al vivac. «Por suerte el cuatriciclo soportó el problema y el estado físico también me posibilitó seguir adelante, no perdí la ventaja obtenida frente a los demás rivales que también peleaban por el título» destacó.
A pocos días del cierre de inscripción del Dakar 2024, comentó: «sigo trabajando en el presupuesto, lo más difícil es la generación de los recursos en euros, primero para costear la inscripción y luego los gastos complementarios. En los primeros días de noviembre debería embarcar el Yamaha a Arabia Saudita, pero si no llego a reunir los fondos pensará en 2025».
