La impactante recuperación de Feyenoord ante Manchester City por la Champions League, logrando un agónico empate 3-3 en el Etihad Stadium tras ir perdiendo 3-0, dejó secuelas en el equipo inglés y provocó un ataque de ira en el entrenador Pep Guardiola. El catalán apareció en la conferencia de prensa con arañazos en la cara, la cabeza y un pequeño corte en el tabique. Consultado al respecto, Pep dijo: “Sí, me corté usando mis dedos, mis uñas. ¿Por qué? Quería hacerme daño”.
Algunas horas después del “incidente”, a través de la cuenta oficial de Instagram, @teampep, el entrenador hizo un comunicado en el que se disculpó por la situación. “Anoche, al final de una rueda de prensa, me tomaron por sorpresa con una pregunta sobre un rasguño que me había aparecido en la cara y expliqué que una uña afilada lo había causado accidentalmente”, fue la primera parte del mensaje.
Y continuó, con mayor profundidad y más allá de un simple enojo futbolístico: “Mi respuesta no pretendía en ningún caso restarle importancia al grave problema de la autolesión. Sé que muchas personas tienen problemas de salud mental todos los días y me gustaría aprovechar este momento para destacar una de las formas en que las personas pueden buscar ayuda: llamando a la línea directa de Samaritans [sitio que brinda apoyo telefónico emocional confidencial, las 24 horas del día, para personas que experimentan sentimientos de angustia o desesperación, incluidos aquellos que podrían llevar al suicidio] o enviando un correo electrónico”.
La reacción de Guardiola va de la mano de un momento crítico e inusual del City. El equipo, uno de los más poderosos y exitosos del mundo, lleva cinco derrotas y un empate en seis partidos. Su próximo rival, en el marco de la liga local, será Liverpool, el próximo domingo, en el estadio de los Diablos Rojos. Liverpool es el líder de la Premier League, con 31 puntos. El City es el escolta, con 23 unidades.
“¿Qué podemos hacer? No fuimos capaces de controlar los últimos minutos. Descansaremos uno o dos días y nos prepararemos para Anfield [el estadio de Liverpool]. Entiendo perfectamente que la gente esté desilusionada. Vienen acá a ver a su equipo ganar y es normal que nos abucheen después de este partido”, expresó Guardiola tras el empate con Feyenoord. Está claro que él es el principal decepcionado por el presente de un equipo que ya no tiene a Julián Álvarez (adaptándose cada día más a Atlético de Madrid), pero que mantuvo a sus estrellas.
La situación ocurre cuando el entrenador acaba de renovar por dos años su contrato con Manchester City, afirmando que permanecerá en el club aun cuando el club pierda el litigio legal que lo enfrenta con la Premier League por cuestiones económicas. “¿Qué pasará si descendemos? Que estaré aquí. No sé a qué división nos mandarán, pero al año siguiente subiremos, subiremos, subiremos y volveremos a la Premier League. Lo sabía antes y lo siento así ahora”, dijo el ex DT de Barcelona y Bayern Múnich. Si la situación externa que está padeciendo la institución repercute dentro del campo de juego, sólo el plantel lo sabe. Pero lo concreto es que el City debe reaccionar pronto.