Fotos del Recuerdo

Antonio Maria “Nonín” López – Un exquisito del futbol

 

Por Roli Pérez Beveraggi

Nació, se crió y vivió en la Av. Alvear, entre Dónovan y Necochea. Era hijo del dueño del cine Marconi. A mi entender fue uno de los exquisitos del fútbol chaqueño. Me contaba El Dr. “Nono” Palmetler, que compartió con “Nonin” la escuela primaria en la Zorrilla y muchos años en Chaco For Ever, que: “Permanentemente vivía con una pelota de goma en sus manos”. Sus comienzos fueron en los Albos de Resistencia Central, y luego pasó al club de sus amores, For Ever, en el año 56.

En el 58 su padre compró el Cine de Villa Ángela y tuvo su paso por Unión Progresista de dicha ciudad, y de ahí su salto fue al profesionalismo, pasando a Gimnasia y Esgrima de La Plata en el año 59. En el “Lobo” platense llegó a jugar con Eliseo Prado, Antonio y Alfredo “Tanque” Rojas. Del 63 en adelante jugó en Paraguay y Chile, para volver a For Ever en el 67, en aquel histórico primer Torneo Nacional donde Chaco For Ever se clasificó luego de ganarle en la final a Racing de Córdoba.

Decía de su deambular por el futbol “Tiempo antes me vinieron a buscar de Banfield y Huracán, pero no acepté ir. Fui a Buenos Aires cuando quise, y sin padrinos, y vos sabes lo que significa llegar sin alguien que te recomiende”. El debut fue en “La Bombonera” contra Boca Juniors, y esa tarde “Nonín” deslumbró a los porteños y quedó plasmado en esa tapa inolvidable de El Gráfico que compartió con Antonio Ubaldo Rattin. Luego sus pasos en el fútbol se fueron apagando por su vida un tanto díscola.

“Nonín” era de esos personajes que no pasaba desapercibido. Tenía un porte como el de los petiteros de los años sesenta, tipo Purapinta, que tan bien dibujó el caricaturista Abel Laniro. Guitarrero y cantor se lucia cantando boleros y melodías. Por más que viviéramos el invierno más crudo, él usaba remeras o una camisa mangas cortas arremangadas, mostrando sus musculosos brazos, a lo sumo podía llevar un suéter anudado en su espalda. Decía que al frío lo sentían los débiles y tanto era así que se bañaba en invierno con agua fría en el patio de su casa, con una manguera, cantando a viva voz. Cuando se retiró del futbol jugo al Rugby en Cotton y practico remo y tenis. Gran habitué de los bares céntricos como: La Estrella, el Zan En, el Napoli, La Rosarina, pero donde más cómodo se sentía era en el Chocolatin, con su gran barra de amigos, que perdura hasta el día de hoy.

De la tribuna, de donde salen los dichos más jocosos, un día le gritaron: “Nonín, andá a laburar”, y él, con su sonrisa sarcástica contestó: “Andá alaburar vos, así pagas la entrada para verme a mí”. O cuando le exclamaron: “Corre, Nonin” y él replicó: “Corre vos, crees que soy taxi”. Éste era “Nonín”, el otrora colosal jugador de fútbol y el fanfa de los años sesenta.

 

 

 

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